viernes, 12 de septiembre de 2014

En definitiva

Hoy hace un año que llegamos a Leeds y hemos querido que coincida con el cierre de este blog: tontunas que se nos pegaron de los guiris. En definitiva, fue la mejor experiencia de mi vida y seguro que de la de Sonia también y nos encantaría repetirlo. Tuvo sus cosas buenas y sus cosas malas (both sides of the Queen, in inglish). El clima y la comida son factores que echan patrás hasta a los piratas pero sus paisajes, sus ciudades y sobre todo la gente que hemos conocido es algo que no olvidaremos.

Y para colmo, hemos aprendido a hablar inglés, o eso es lo que dicen ellos... El día del examen fue la peor experiencia de toda nuestra estancia pero lo conseguimos aprobar (tras ver mil pelis en inglés, dejarnos el dinero en pintas en el pub de abajo para hablar con los ingleses, entrar en las tiendas y hablar con las dependientas, ir al mercado, estudiar muuuuuucho, hacer mil deberes.... Todo lo que os podáis imaginar... Y más!).

El apartamento no era el Buckingham Palace, pero nos hizo sentirnos como en casa. Al principio tuvimos algunos problemillas con el colchón (hasta nuestras abuelas los tenían más modernos), las sillas de estudio (de estudio entre semana y los findes se convertían en una atracción giratoria en las rooms parties) estaban tan trajinadas que te sentabas y te escupían pal suelo... Pero una llamadita a recepción y en un par de días nos solucionaron todo. Cómo echamos de menos salir escopeteados del edificio casi en pelota picada al oír la alarma de incendios, claro que lo haces tres veces, luego ya te vistes tranquilamente, desayunas, haces la cama y si todavía sigue sonando y has terminado de hacer tus cosas, te dejas ver por la escaleras de incendios... No podíamos perder el tiempo esperando a que dejase de sonar sólo porque los estudiantes no sepan ni sacar las tostadas de la tostadora o hacerse un simple filete!!!

La escuela nos ha dejado momentos malos y otros irrepetibles, la gran mayoría. Los primeros meses fueron pa olvidar porque no entendíamos ni papa ( nos dimos cuenta de que hablar con la terminación "eision" no funcionaba allí...) pero con mucho esfuerzo y la ayuda de profesores y los compis lo hemos conseguido. Sin olvidar a Dan, sin el cual no hubiéramos sido capaces de muchas cosas.

El país ya hemos dicho que es la leche y lo podéis comprobar en este mismo blog. Y la gente también, aunque hasta la tercera pinta no empiezan a demostrarse muy simpáticos. De Leeds no es que digamos que sea muy bonito, es cierto, pero consiguió que nos sintiéramos tan a gusto como en Madrid, a pesar de que en invierno es muy complicado ver el sol... Y nos jartamos de agua...Y eso que decían que era el invierno más caluroso en años: ellos en mangas de camisa y nosotros con bufandas de lana por toda la cabeza y para que los pies no tuvieran envidia... plantillas de lana pura (gracias a ellas conseguimos mantener los pies calentitos).

Y para ir terminando, esperamos que os haya gustado el blog y sobre todo, gracias por leernos y dejar vuestros comentarios, nos hizo mucha ilusión leerlos!!
Gracias a todos, un besazo y nos vemos en nuestra próxima aventura!

jueves, 17 de julio de 2014

Y por último, los canales de Amsterdam


Como ya hemos dicho, viajar por estos lares está tirado de precio... Pero eso no queda ahí; es que viajar al extranjero (abroad, en pitinglish) está también tirado... Con decir que un vuelo ida y vuelta de Leeds a Lanzarote son 60 libras!!! Así está el avión de jubiletas... bueno, y Lanzarote. Así que rebuscando en Internet (Internet, igual, en inglés) encontramos un vuelo tirado a Ámsterdam con su consiguiente hotel así que cogimos la mochila, la llenamos de bragas y gayumbos y pallá que nos fuimos.


El vuelo dura muy poco; en menos de una hora ya estábamos en el aeropuerto de Schipoplfs o como coño se diga. Y enseguida nos damos cuenta de que los holandeses son primos hermanos de los ingleses: lo tienen todo superbienorganizado y no nos cuesta nada llegar al metro, sacar los billetes y plantarnos en el centro de Ámsterdam en un periquete (periqueteishion, en inglés).


Nada más salir de la estación de tren, Centraal Station, nos damos cuenta de una cosa: el frío nace aquí... Ni Groenlandia, ni Rusia, ni el Ártico, ni su puta madre. Aquí. Vamos forrados hasta arriba pero todo no es suficiente: madre del amor hermoso... Y una humedad... Pa flipar... Tiene que haber agua por aquí cerca porque sino, no es normal.

Bueno, es de noche así que nos vamos a buscar el hotel y a descansar. Hotel Citadel, tres estrellas y muy correcto para pasar un par de días.

Nos levantamos tempranito y bajamos buscando el desayuno, el cual está muy bien. Completo y suficiente. Eso sí, con unas galletas holandesas mu raras y asquerosas... Ya saciaditos, mochila al hombro y a ver que es lo primero que vemos. Como todo guiri que se precie, nos dirigimos primeramente a la Plaza Dam, como la Plaza Mayor de Salamanca pero a lo bestia. Dam en holandés significa presa y es que aquí se fundó la primera presa de la ciudad. Alrededor de la plaza destacan multitud de edificios, hoteles, iglesias y demás pero lo que más impresión nos causó fue el Museo de Cera de Madame Tusseau. En el centro, el Monumento Nacional a los caídos de la Segunda Guerra Mundial. Un sitio lleno de vida desde el que comenzar la excursión.
 


Ámsterdam es una ciudad para caminar sin guía ni rumbo y llegar a donde te lleven los canales, que hay para aburrir... Así que eso hicimos y nos pusimos a caminar. Lo de los canales es impresionante, están por todos lados y verdaderamente le dan esta esencia bohemia a la ciudad. Caminando llegamos a la Casa de Anna Frank, que es donde vivió la pobre niña escondida durante la Segunda Guerra Mundial. Al ladito, la Westerkerk: la iglesia protestante más grande del país.



Nos dirigimos ahora a ver los museos, pero por fuera: el más famoso es el Rijksmuseum, o Museo del Reino, con las mejores obras de la pintura flamenca. Al otro lado del museo, otro dedicado a un tipo que perdió una oreja y que pintaba muy raro... Da entrada a un parque enorme, el Museumplein, donde aparte de más museos está el típico enorme letrero de Ámsterdam.


Se pone a llover, como en casa, así que es un momento estupendo para parar a comer por aquí. Nos metemos en la típica pizzería holandesa a comer el típico plato de pasta de oferta holandés que son muy económicos. Pero como sabéis, lo realmente típico son los coffeshops y sus cigarritos de la risa: ahora la legislación ha cambiado. Ha llegado una alcaldesa con ideas conservadoras (pero de conserva de lata de conserva) y quiere prohibir tanto esto como el Barrio Rojo... Pero aunque le está haciendo pupa a los principales negocios de la ciudad (además de las flores y los diamantes), la gente sigue frecuentando estos garitos: ya se sabe, los derechos nos los pueden quitar pero los vicios, nunca. Pues eso, ya no hay tantos y no se fuma tanto... En contraposición, hay miles de tiendas que venden todo tipo de objetos para fumar, pero no "lo de fumar".


















Y hablando del Barrio Rojo, seguimos andando y sin quererlo prácticamente nos adentramos en él, casi ya de noche... Que ambiente chico... Que buenas están las condenadas... Las gordas y feas dentro pero en los escaparates... Hijo de mi vida... Y que poses... Hacían cosas que si lo hago yo, me tienen que sacar la rodilla de la boca... Y que bocas... Y que... Pues eso, que vaya... Las chicas están, como digo, en un escaparte al que tú llamas, conciertas el precio y padentro... ¡¡A Follar!! Como debería ser... Y las chicas pasan rigurosos controles de sanidad periódicos, disponen de Seguridad Social e incluso pagan sus impuestos... Vamos, como en el polígono de Villaverde, igualito. Nos metemos en algún sexshop, por curiosidad, a ver que hay... Madre mía que rab... Serán de plájtico pero si hay un ser humano con eso colgando, tiene que medir tres metros de alto: coño, si hacen sombra y todo!!! Y condones de todos colores y formas, látigos, esposas, cacharros que digo yo... ¿Tu que quieres: follar o sufrir? Pues coño, hazte del Aleti!!!

Bueno, Soni... vamos a cenar y luego pal hotel que esta noche te dejo que me pongas la rodilla en la boca...


Al día siguiente, con la misma pesadez que el día anterior, continuamos con nuestro paseo por los canales: lo más llamativo de los edificios aquí es que están inclinados hacia adelante, por la inestabilidad del terreno y son muy estrechos. En algunos, los Cristos están de lado en vez de bruces. Tan estrechos son que la mayoría dispone de una polea en lo alto para subir los muebles.






Y por todos lados, bicis: de todos los colores, formas, tamaños... pero sobre todo viejas, algunas tenían los piñones oxidados y las seguían usando con lo que andar con ellas es un auténtico mérito. Dicen que cada año sacan un porrón de ellas de los canales.
Nos acercamos a la Plaza Rembrandt, con una estatua del famosos pintor en mitad de ella, pero ahora está acompañado de 22 estatuas más que representan el cuadro La Ronda de Noche. Aquí hay varios sitios para tomar una Heineken o una Amstel así que paramos a reponer fuerzas.








Con la cervecita y el bocata en el cuerpo, volvemos a los canales para ver el Mercado Flotante de Flores: aquí se venden todo tipo de flores, bulbos y plantas en unas barcazas ancladas. Y plantas raras, raras... Al lado está Munttoren o Torre de la Moneda, otro de los símbolos de la ciudad. Ya aquí nos volvemos al hotel por la Plaza Dam y cenamos algo por los alrededores, porque estamos reventados... Por cierto, me he comprado un gorrito de Ámsterdam alucinante.



 


Hoy es nuestro último día y como el avión no sale hasta por la tarde, lo vamos a dedicar por completo al VondelPark, un enorme (huge en inglés, pero se dice jiuch, no se porqué) parque famoso en todo el mundo gracias a los hippie de los 70. Ahora, de esos desharapados no queda más que su espíritu de libertad. Perdido, eso sí, pero queda... Es un sitio ideal para hacer deporte y está llenos de ardillitas, patitos, pajaritos, putitas... Lo normal, como el Retiro.

 
Bueno, recogemos el chiringuito y hacemos las últimas fotos (sobre todo a las sillas de la calle y al mobiliario urbano, que es muy chick) y nos vamos para el aeropuerto que al final, perdemos el avión.


Pa flipar con Ámsterdam, aquí tenéis:

https://www.flickr.com/photos/101474328@N07/sets/72157640622035385/ 
 


martes, 15 de julio de 2014

El Molino de Saltaire Salts

Hoy toca otra excursión con el cole: Saltaire, y en especial el Salts Mill que es un antiguo molino reconvertido a museo. Aquí los molinos no son como los nuestros de La Mancha sino que son mucho más grandes y se dedicaban a la producción y tratamiento de lana, sobre todo. Fueron muy importantes durante la Revolución Industrial porque ayudaron a Inglaterra a colocarse en la cima de los avances tecnológicos... Toma ya!!!


Pues como siempre con estas cosas, madrugón y hacia la estación que he quedado con Rosie y supongo que con ochomil árabes más... Se apuntan a todo pero luego no hablan con nadie: mu raros estos tipos, majos, pero raros...


Llegamos a Saltaire: es una pequeñísima ciudad a pocos minutos en tren de Leeds y que está declarada Patrimonio de la Humanidad. Realmente es preciosa: merece la pena pasar un día por estos lares pero hoy hace una mañana de perros así que nos vamos directos al museo.


Con la agradable compañía de KingFun nos metemos en el museo a ver que se cuece por aquí, pero no merece mucho la pena. Mola más el edificio que lo de dentro: es una especia de Rastro Madrileño: todo viejo y mal cuidado. Muestras de arte moderno de esas que no entiende nadie, trastos viejos y cosas raras. Eso sí, comprar cualquier cosa es un ojo de la cara.


Rosie nos dice que ha reservado para comer en el mismo museo (ahhh, pillina, esas comisiones, como en Spain...) y mi chinito y yo nos sentamos a la mesa con un chavalin colombiano recién llegado para dar cuenta de nuestras hamburguesas: bueno, KingFun es vegetariano y se come una especie de hamburguesa de champiñón gigante...!!! Eso no es nada, tenéis que verle comerse la papilla que se trasca en clase...

Tras comer, paseíto por los jardines y el río que hemos quedado con Andy, el manager de la escuela, que vive por aquí cerca. Nos lleva a un pub cercano a degustar una cerveza local y en cuanto nos la tomamos, al tren y pa casa, que se empieza a hacer de noche y baja el cierzo de estas latitudes.


Fotitos de este magnífico día:

https://www.flickr.com/photos/101474328@N07/sets/72157639703490845/

Buscando a William Wallace

Edinburgh (Edimburgo en cristiano) es la hostia: así de clarito. Si no la has visitado, estás perdiendo el tiempo... Búscate un avión y un hotel y en un fin de semana te la has visto. Es superrecomendable y para nosotros, es la más bonita de las ciudades y pueblos que hemos visitado.


Teníamos ganas de visitar Escocia, la verdad, y todo el mundo hablaba maravillas de Edimburgo (y no se equivocaban) así que esta vez cogimos el tren y pallá que nos fuimos. Ya solo el trayecto es alucinante: aparte de lo verde que es todo, en cuanto llegas a la frontera escocesa el tren se acerca a los acantilados y va al ladito del mar. Es presioso. El amanecer... Las gaviotas... Las olas rompiendo contra las rocas... Y por supuesto el frío de cojones, como en toda la isla... Otro día más que el grajo se queda en la cama... Además parece que va a llover.


Nada más salir de la estación de tren ya te das cuenta de que es una ciudad distinta: parece que en cualquier esquina va a salir William Wallace o Robin Hood porque se conserva todo el encanto de la Edad Media. Es más, si no fuera por los semáforos y los japoneses haciendo fotos, nadie diría que no estás en medio del siglo catapum. Pues salimos de la train station (esto está claro lo que es) y nos ponemos a hacer fotos como dos tontos: ¡ponte aquí! ¡no, aquí! ¡sonríe! ¡quita esa cara de imbécil jolín!... Nuestro primer objetivo es buscar el hotel así que planito en mano, a buscarlo: lo tenemos bastante cerquita de la estación aunque a decir verdad, aquí está todo relativamente cerca. No es una ciudad muy grande que digamos y con pequeños paseos se llega a todos lados. Lo malo es que hay muchas cuestas pero no todo puede ser bueno.


Para llegar al hotel cruzamos la famosa Royal Mile (calle Serrano, en español) a la que volveremos mil veces, presiento... He visto un par de whiskerías con muy buena cara... Aquí, estos garitos venden whisky, no como en España. El hotel es un Holiday Inn normalito, sito en 303 Cowgate, que para lo que lo vamos a usar nos vale. Café, cigarro y muñeco de barro y preparados para ver esta fantástica ciudad.


Lo primero es lo primero y es lo que nos dice todo el mundo: la Royal Mile. Es la calle más típica y famosa de aquí que recorre toda la ciudad y donde se encuentran todas las atracciones turísticas y todas las tiendas. Además, se llega desde ella al Parlamento Escoces y el Palacio de Holyrood hasta el Castillo, en lo alto de la colina que corona la ciudad... Que bonito!!!! De esta enorme calle salen callecitas mucho más pequeñas que en tiempos anteriores eran tugurios de chorizos, prostitutas y demás maleantes... Ahora toda esta caterva se ha trasladado a la Carrera de San Jerónimo en Madrid. Bueno, bromas aparte, desde la Royal Mile lo mejor es caminar hacia arriba hasta llegar al Castillo: pasas delante de la Catedral de Sant Giles, que realmente no tiene el título de catedral pero merece una visita... Delante de ella el monumento a Hume, el famoso delantero centro del Queens Park Rangers. Pero como dije, lo chulo es ir metiéndose por las callecitas antes mencionadas y empaparte del Edimburgo del siglo catapum... y como está lloviendo, pues te empapas mejor.


Al final de la Royal Mile se encuentra el Castillo, digno de ver pero no de pagar esos precios, así que entramos hasta donde podemos y nos dedicamos a hacer fotos y ver las vistas que se aprecian desde la explanada, que son la pollaculares.


Volvemos a bajar la calle camino de un pub para comer pero los que están en esta calle tienen unos precios muy graciosos así que nos desviamos por la derecha y llegamos a una placita con un pub muy grande donde nos ofrecen para comer el mismo cordero que comía William Wallace: y cuando digo el mismo, digo el mismo...... No un descendiente o del mismo rebaño o de la misma raza... noooo... el mismo, mismo.

Comemos y nos volvemos por Cowgate al hotel que nos vamos a ir ahora a ver los Jardines de Princess Street. Se encuentran frente a la estación de tren y cuentan con un enorme mercadillo con todo tipo de cosas: ropa, comida, objetos de navidad y todo tipo de regalos. Al lado el monumento a Scott, el número 15 del equipo nacional de rugby. Está lloviendo a mares y nos metemos a tomar un café: en un despiste, la rubia ha desaparecido y vuelve con unas botas de agua para mí. Es un solete, donde no sepa ella encontrar una tienda, es que no la hay. Un beso rubia mía.


Bueno, parece que ha escampado: vamos a secarnos y a cenar, que esta noche toca probar la ambrosía de estas tierras: el whisky.


Amanece que no es poco en Edimburgo y afortunadamente, no llueve. El agua está por todos lados, pero por lo menos, de momento, no cae del cielo. Hoy toca Parlamento y Palacio y la parte opuesta de la Royal Mile: pues nos ponemos en marcha!!!! Bajamos la calle y enseguida se convierte en Canongate Street, llena de museos y edificios públicos, todos muy viejos y vetustos pero muy chulos. No hay tantas tiendas de regalos como en la parte de arriba, eso sí, exceptuando las de los pakistaníes, que están por toooda la isla. Al final de la calle se encuentra el Parlamento Escocés; como es de gorra, pues entramos. No es gran cosa pero ellos están muy orgullosos de él, un par de fotitos y nos vamos afuera. Otra vez lloviendo: corriendo al palacio. El Palacio de Holyroodhouse es la residencia oficial de la Reina cada vez que va a Escocia... La Zarzuela escocesa, vamos. Y no, no vive mal la reina cada vez que viene por aquí. La entrada es cara, así que nuestras libras pa la Reina, no son... Una curiosidad hablando de libras y reinas: aquí, los billetes son distintos pero tienen el mismo valor. Quiero decir, en los billetes no sale William Wallace evidentemente, sino otros tipos que no encuentras en Inglaterra. Pero el valor es el mismo y puedes comprar con ellos en cualquier sitio donde se acepten libras.

 

Subimos otra vez calle arriba y nos metemos en el Museo de Edimburgo, que es free (libre, en español... Bueno, aquí mejor queda decir gratis ¿no?) Típicos utensilios escoceses de época, vestidos, edificios y maquetas. Una visita rápida pero intensa y pa la calle otra vez a ver otro museo que hay detrás el monumento a Scott y las últimas fotos, que se va el tren.


En resumen, una pasada de ciudad pero lo suyo es venir en verano porque en invierno, ya sabes dónde está el grajo...


Las fotos de rigor las podéis ver donde siempre:

https://www.flickr.com/photos/101474328@N07/sets/72157638791528924/

Hasta la próxima!!!!

domingo, 16 de febrero de 2014

Leeds City Museum

Hoy es domingo y misteriosamente, luce el Sol!!! Como no tenemos ningún plan para hoy, nos buscamos algo... ¿Qué hacemos? Hemos ido a todos los sitios posibles de Leeds... ¿Todos? Nos queda el museo: pues allá vamos.

Se encuentra detrás del Town Hall y al lado del Civic Hall. No es que sea gran cosa pero como es gratuito y está cerquita de casa, pues merece la pena.


Tiene tres plantas: en la de abajo hay animales y bichos pa aburrir: leones, tigres, almejas enormes... De todo. Además cuenta con numerosos cachivaches para niños que se entretienen haciendo experimentos: magnetismo y cosas así. Mola, está curioso y para los niños está entretenido.

En la siguiente planta está la típica tienda de regalitos, el Hall de entrada y otra sala llena de estatuas. Como estos guiris se han dedicado a saquear yacimientos arqueológicos por todos lados pues en todas las ciudades hay estatuas griegas, egipcias, romanas y lo que les de la gana.


Y en la última planta están las momias... Sí, sí...Momias. Ya digo que estos prendas han estado robando por todo el mundo, pues aquí sobran las momias... Eso sí, no se pueden hacer fotos... Jijijiii


Detrás de las momias está lo que me parece más chulo del museo... Es una exposición de la ciudad de Leeds desde el año de Maricastaña hasta la actualidad: los primeros asentamientos, guerras, revolución industrial, personajes famosos... Es lo más chulo el museo.

Pero como ya he dicho es pequeñito así que en una horita te lo has visto: merece la pena gastar un ratito aquí y además, aprendes un poquito de la historia de la ciudad. Recomendable para una visita de fin de semana. Ahora nosotros nos vamos a mojar el gaznate con una Tetley's fresquita que hoy hace calor. Hasta la próxima entrada!!!

sábado, 15 de febrero de 2014

La fiesta del cole

Por fin, ya está aquí la fiesta de Navidad del cole. Desde que compramos las entradas allá por Octubre, llevamos esperando este día y por fin ha llegado. Después de clase, nos vamos a nosedonde que nos invitan a comer y a hacer una fiestecilla.

Desde recepción nos piden un taxi y nos montamos Carlos, el profe madrileño, Montse, una malagueña con toa la grasia y nosotros dos. Allí nos esperan Abdullah, Abrar y el resto de los compis de clase.


El sarao se celebra en una logia... ¿Y que leches es una logia? Pues es como un club de caballeros; tipo esos de Phileas Fog de la Vuelta al Mundo en 80 días. Antiguamente no se admitían mujeres (tipos inteligentes estos logios) pero ahora entra to Cristo; eso sí, como socias, no. Y la logia es una casona enorme, del siglo XIX o por ahí, llena de cuadros imponentes de tíos bigotudos, con su bar, sus escaleras enormes para subir a la planta superior y dos bigotudos con frac sentados en dos sofás a la entrada del salón. Detrás de ellos, está nuestra sala así que nos metemos pallá.





Vaya, parece que ha llegado casi todo el mundo... Nos hacemos con una mesa al final de la sala, cerca del piano (espero que no venga ningún friki a querer tocarlo... coño, ahí viene el primero) ¿Y ahora que hay que hacer? Andy y Allister, los managers de la escuela cogen las riendas del cotarro... y el micrófono: primero van las chicas a jalar y luego los chicos a papear. Pues nada, la rubia, Abrar, Montse y las demás se van pallá mientras Abdullah y yo esperamos que vuelvan. A ver que traen... Coño, si todo es vegetariano... Será porque son pibas: ahora vamos nosotros a ver que hay...

Pues lo que hay es un millón de buitres: madre del amor hermoso... Parece una boda de pueblo: codazos, empujones... se nota que no hay ni un solo inglés en la cola. Cuando nos toca, nos llevamos una ligera decepción: todo es vegetariano; rico sí, pero vegetariano... No es lo mismo... Y como en la escuela el 90% de los alumnos son árabes, pues cerdo ni catarlo... Total, no pasa nada porque por aquí los únicos ibéricos que hay somos nosotros... Ni lomo ni jamón.


Nos volvemos a la mesa a jalar y resulta que viene... Papá Noel!!! Allister se ha disfrazado y el resultado es un poco... grotesco diría yo. Empieza a dar regalos: al mejor estudiante del mes, al que más homework (deberes en español) ha hecho, al más pelota, al que más paga... Lo normal. Carlos, nuestro compi español, se lleva un premio al más aplicado... A nosotros, ni agua.

Pasado este trago y ya con el papeo en la tripa, llego el momento del bingo: esto es muuuu friki, tronco... Andy empieza a sacar bolas que en vez de tener un número tienen un dibujito relativo a la Navidad (un trineo, muérdago, un reno...) para así practicar inglés. Los alumnos tenemos una cartulina con esos dibujitos y, como en un bingo normal, si sale un dibujo que tenemos lo tachamos hasta completar la línea y el bingo. Lo mejor de todo es explicárselo a los árabes que no han visto esto en su vida: ponen una cara de flipaos...

Y cunado se termina el bingo y ya parece que no se puede ser más estrafalario... Se consigueeeee... Se retiran las mesas, nos quitan las sillas y las colocan todas en círculos de tal manera que cada uno se sienta en una: Abdullah y yo juntos y viendo el tinglao no podemos parar de descojonarnos. Vamos a jugar a las sillas musicales... Como cuando teníamos diez años... Esto es demasiado... Sonia tiene una cara al otro extremo de la sala que si se para la música y le toca a ella el paquete que va rulando es capaz de comerse al pianista. Detrás nuestra, Chris y Shandy no paran de reírse... No es para menos: el espectáculo es de risa...


Pero gracias a Dios, todo tiene su fin así que a las cinco de la tarde, la logia decide que ya hemos pagado suficiente y se cierra el chiringuito. Besos a los logios, a los amigos y cogemos el autobús de vuelta a casa... aunque antes habrá que pasar por el Sansbury's que no hay nada pa cenar y con lo que hemos comido... Toi canino.

Por cierto... hoy no hay fotos... La logia requisa las cámaras.


viernes, 14 de febrero de 2014

Ladies and Gentlemen... The Beatles!!!!

En Liverpool hay dos cosas que tienen locos a sus habitantes: el fútbol y la música... aparte de la birra, claro. Y en este campo destacan el Liverpool FC y, como no, los Beatles. En ambos casos, estamos hablando de palabras mayores y aquí son semidioses: se nota en toda la ciudad (city, en inglés).

Como siempre, tempranito en la estación de autobuses para coger el National Express y en un par de horitas... en Liverpool. Si Gran Bretaña es fresquita, pues hoy aquí hace un frio de los del grajo... Pa fliparla... Como vea hoy un solo guiri en chanclas le reviento la cara de un guantazo... Que barbaridad; pa la próxima, los calzoncillos largos de franela!!!



El coach (buseto en español) te deja en Lime Street Station, a dos pasitos de la Plaza de Nelson, el típico monumento a los caídos, el Empire Theatre y el enorme pirulí de la radio. Bajamos hacia el mar y nos topamos con el típico mercadillo navideño llenito de renos, regalitos, papanoeles y demás... Joder... tengo los toes (dedos de los pies) hinchaos como los de Shrek, que frío coño!!!


Seguimos bajando hacia el mar y pasando por la zona comercial de la ciudad, caminito del más mítico garito del mundo: el Cavern. Si no eres muy fanático de los Beatles, aquí se te quita la tontería porque lo tienen todo de tal manera que te terminan gustando. Y si lo eres, este es tu sitio, machote. Desde el primer diente de Ringo hasta la púa de la guitarra de John... todos los fetiches de ellos están aquí. Y por supuesto, te puedes tomar una cervecita o sentarte a escuchar al grupo que está tocando en ese momento. Por las paredes, miles de fotos de músicos famosos... desde Bruce hasta Carmen de Mairena... No, esta no. Me pasao.


Salimos, una foto con John y camino del puerto por la Water Street. Pasamos por delante del Ayuntamiento (pequeño pero coqueto) y llegamos. La verdad es que parece de todo menos un puerto: no hay ni un barquito, ni pesquero, ni de recreo ni na... Pero está lleno de estatuas (Eduardo VII), museos (el de Liverpool, el de los Beatles...) y hoteles... Ah, sí! al fondo hay unos barquitos... Y detrás se ven un par de palacetes que molan mogollón.


En el museo de los Beatles, como es lógico, te encuentras cualquier cosa de.... Elvis Presley: sí, a mí se me quedó la misma cara que a ti. Mira que me gusta poco el de Memphis pero es que había una exposición de la relación entre Elvis y los Beatles... que digo yo dónde está la relación, que los dos cantaban en inglés y poco más. Hay una foto que mola, todos los fans de ellos en la calle Headrow, que es la Gran vía de Leeds.


Bueno, seguimos palante al Albert Dock y a la Galería Tate. El edificio es muy antiguo, probablemente una antigua lonja de pescadores o un almacén. A lo lejos, la gente nos saluda desde una pedazo de noria gigante... no es la de Londres pero no desmerece. Pasamos al lado del museo marítimo de Merseyside (que es el nombre del condado donde está Liverpool) y nos volvemos al meollo de la ciudad.


Hosti tuuuu!!! Están jugando el Everton y el Liverpool, hay un garito llenito de gente viendo el partido: que ganas de meterme dentro con una pinta y animar a los de Anfield. Aquí los partidos en los garitos son... diría distintos, porque te esperas que la banda esté to chuzos y tiraos encima de las mesas, tirando vasos y gritando... y todo lo contrario. Ni animan ni leches: debe ser dentro del campo porque fuera... solo gritan cuando hay un gol o una ocasión clara... Eso sí, te dejan sordo como una tapia. Y de esas boquitas salen unos olores que ríete tú de la cueva de un oso... Madre que horror!!!


Camino a la Cathedral pasamos por el Barrio Chino, el Chinatown vamos, con su entrada en forma de arco chino como en tooodas las ciudades que hemos visitado. Los amarillos están por tos laos. Y por fin llegamos a la última escala de nuestra visita: la Catedral. Tocha, austera y  pelín hortera. Vamos, que las nuestras le dan mil vueltas pero entramos a ver... Madre mía con el merchandising (merchandaising en español)... Aquí te venden hasta el cura, que pasada. Venga, dos avemarías rápidos que se va el bus.


Bueno, aquí queda el testimonio de que hemos estado en Liverpool:

https://www.flickr.com/photos/101474328@N07/sets/72157637984546586/

Hasta el próximo viaje, amigos!