Como ya hemos dicho, viajar por estos lares está tirado de precio... Pero eso no queda ahí; es que viajar al extranjero (abroad, en pitinglish) está también tirado... Con decir que un vuelo ida y vuelta de Leeds a Lanzarote son 60 libras!!! Así está el avión de jubiletas... bueno, y Lanzarote. Así que rebuscando en Internet (Internet, igual, en inglés) encontramos un vuelo tirado a Ámsterdam con su consiguiente hotel así que cogimos la mochila, la llenamos de bragas y gayumbos y pallá que nos fuimos.

El vuelo dura muy poco; en menos de una hora ya estábamos en el aeropuerto de Schipoplfs o como coño se diga. Y enseguida nos damos cuenta de que los holandeses son primos hermanos de los ingleses: lo tienen todo superbienorganizado y no nos cuesta nada llegar al metro, sacar los billetes y plantarnos en el centro de Ámsterdam en un periquete (periqueteishion, en inglés).
Nada más salir de la estación de tren, Centraal Station, nos damos cuenta de una cosa: el frío nace aquí... Ni Groenlandia, ni Rusia, ni el Ártico, ni su puta madre. Aquí. Vamos forrados hasta arriba pero todo no es suficiente: madre del amor hermoso... Y una humedad... Pa flipar... Tiene que haber agua por aquí cerca porque sino, no es normal.

Nos levantamos tempranito y bajamos buscando el desayuno, el cual está muy bien. Completo y suficiente. Eso sí, con unas galletas holandesas mu raras y asquerosas... Ya saciaditos, mochila al hombro y a ver que es lo primero que vemos. Como todo guiri que se precie, nos dirigimos primeramente a la Plaza Dam, como la Plaza Mayor de Salamanca pero a lo bestia. Dam en holandés significa presa y es que aquí se fundó la primera presa de la ciudad. Alrededor de la plaza destacan multitud de edificios, hoteles, iglesias y demás pero lo que más impresión nos causó fue el Museo de Cera de Madame Tusseau. En el centro, el Monumento Nacional a los caídos de la Segunda Guerra Mundial. Un sitio lleno de vida desde el que comenzar la excursión.
Ámsterdam es una ciudad para caminar sin guía ni rumbo y llegar a donde te lleven los canales, que hay para aburrir... Así que eso hicimos y nos pusimos a caminar. Lo de los canales es impresionante, están por todos lados y verdaderamente le dan esta esencia bohemia a la ciudad. Caminando llegamos a la Casa de Anna Frank, que es donde vivió la pobre niña escondida durante la Segunda Guerra Mundial. Al ladito, la Westerkerk: la iglesia protestante más grande del país.Nos dirigimos ahora a ver los museos, pero por fuera: el más famoso es el Rijksmuseum, o Museo del Reino, con las mejores obras de la pintura flamenca. Al otro lado del museo, otro dedicado a un tipo que perdió una oreja y que pintaba muy raro... Da entrada a un parque enorme, el Museumplein, donde aparte de más museos está el típico enorme letrero de Ámsterdam.
Se pone a llover, como en casa, así que es un momento estupendo para parar a comer por aquí. Nos metemos en la típica pizzería holandesa a comer el típico plato de pasta de oferta holandés que son muy económicos. Pero como sabéis, lo realmente típico son los coffeshops y sus cigarritos de la risa: ahora la legislación ha cambiado. Ha llegado una alcaldesa con ideas conservadoras (pero de conserva de lata de conserva) y quiere prohibir tanto esto como el Barrio Rojo... Pero aunque le está haciendo pupa a los principales negocios de la ciudad (además de las flores y los diamantes), la gente sigue frecuentando estos garitos: ya se sabe, los derechos nos los pueden quitar pero los vicios, nunca. Pues eso, ya no hay tantos y no se fuma tanto... En contraposición, hay miles de tiendas que venden todo tipo de objetos para fumar, pero no "lo de fumar".


Y hablando del Barrio Rojo, seguimos andando y sin quererlo prácticamente nos adentramos en él, casi ya de noche... Que ambiente chico... Que buenas están las condenadas... Las gordas y feas dentro pero en los escaparates... Hijo de mi vida... Y que poses... Hacían cosas que si lo hago yo, me tienen que sacar la rodilla de la boca... Y que bocas... Y que... Pues eso, que vaya... Las chicas están, como digo, en un escaparte al que tú llamas, conciertas el precio y padentro... ¡¡A Follar!! Como debería ser... Y las chicas pasan rigurosos controles de sanidad periódicos, disponen de Seguridad Social e incluso pagan sus impuestos... Vamos, como en el polígono de Villaverde, igualito. Nos metemos en algún sexshop, por curiosidad, a ver que hay... Madre mía que rab... Serán de plájtico pero si hay un ser humano con eso colgando, tiene que medir tres metros de alto: coño, si hacen sombra y todo!!! Y condones de todos colores y formas, látigos, esposas, cacharros que digo yo... ¿Tu que quieres: follar o sufrir? Pues coño, hazte del Aleti!!!
Bueno, Soni... vamos a cenar y luego pal hotel que esta noche te dejo que me pongas la rodilla en la boca...


Nos acercamos a la Plaza Rembrandt, con una estatua del famosos pintor en mitad de ella, pero ahora está acompañado de 22 estatuas más que representan el cuadro La Ronda de Noche. Aquí hay varios sitios para tomar una Heineken o una Amstel así que paramos a reponer fuerzas.
Con la cervecita y el bocata en el cuerpo, volvemos a los canales para ver el Mercado Flotante de Flores: aquí se venden todo tipo de flores, bulbos y plantas en unas barcazas ancladas. Y plantas raras, raras... Al lado está Munttoren o Torre de la Moneda, otro de los símbolos de la ciudad. Ya aquí nos volvemos al hotel por la Plaza Dam y cenamos algo por los alrededores, porque estamos reventados... Por cierto, me he comprado un gorrito de Ámsterdam alucinante.

Hoy es nuestro último día y como el avión no sale hasta por la tarde, lo vamos a dedicar por completo al VondelPark, un enorme (huge en inglés, pero se dice jiuch, no se porqué) parque famoso en todo el mundo gracias a los hippie de los 70. Ahora, de esos desharapados no queda más que su espíritu de libertad. Perdido, eso sí, pero queda... Es un sitio ideal para hacer deporte y está llenos de ardillitas, patitos, pajaritos, putitas... Lo normal, como el Retiro.
Bueno, recogemos el chiringuito y hacemos las últimas fotos (sobre todo a las sillas de la calle y al mobiliario urbano, que es muy chick) y nos vamos para el aeropuerto que al final, perdemos el avión.
Pa flipar con Ámsterdam, aquí tenéis:
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