Quién lo iba a decir...

Salimos un día a comprar el pan, cogimos el camino equivocado y aquí estamos, en tierras inglesas!! Y como en esta vida hay que probar de todo, pues ná, les daremos una oportunidad. Ya llevamos una semana en la pérfida Albion asi que ya es momento para que os contemos algo de como nos va la vida por Leeds y de cómo son las cosas por aquí en general. En primer lugar, como todo, el viaje. Pues fue bastante menos aparatoso de lo esperado porque pensábamos que al hacer escala en Amsterdam tendríamos algún problema, pero no. Viajamos con KLM que era lo más económico que encontramos ya que en las Low-Cost, en cuanto incluyes las maletas, te sajan un pico. Y encima, la maleta te llega... Y de Amsterdam directos a Leeds: un viaje de una hora más o menos en el que cruzas el Canal de la Mancha y ya te encuentras en tierras inglesas. Aterrizaje suave, recogida de maletas y a buscar el bus 757 que nos lleva a Leeds: tras 25 minutos de marcha nos bajamos en la puerta del Hotel Ibis, donde pasaremos nuestra primera noche inglesa. El hotel está muy bien, sin lujos ni detalles pero limpio, y hay que hacer mención especial a la cama, super cómoda, te daban ganas de quedarte ahí bien agustito, será ese mini colchón que ponen encima del normal?? no sé, pero se estaba genial... Además nos hemos enterado de que es de los pocos hoteles de Leeds que se anuncian en Internet así que casi siempre está lleno.

 

Al día siguiente toca encontrar la residencia. Tras unas cuantas vueltas por el barrio en dirección contraria (queríamos estirar un poco las piernas, no penséis mal, que lo teníamos todo bajo control), la localizamos! Como es Domingo y no hay ni Cristo en la recepción, nos toca llamar al teléfono pertinente y esperar un rato a que venga el vigilante de seguridad. El hombre muy amable y solícito pero con un acento "onubense" que hace imposible entenderle, y más para nosotros que de inglés, lo justito. El hombre nos lleva a nuestro apartamento y nos presta unas toallas y unas sábanas para las primeras noches ¡Home sweet home! Ahora, un paseito por el centro de la city a probar la típica fast food inglesa con sus famosas fish & chips, aunque aquí es mucho más famosa la patata asada rellena.

Después, nos acercamos a ver si encontramos la academia que mañana empieza el cole. Para llegar a ella, es necesario pillar un bono semanal del autobús por 13.5 libras ya que un viaje normal te cuesta 4,20 ida y vuelta, así que haciendo la cuenta te sale rentable. La escuela está a cinco minutos en bus de la residencia (25 minutos andando) así que al lunes siguiente ya estábamos en la recepción dispuestos a hacer la prueba de nivel. Sorprendentemente, nos han dado Upper-Intermediate level, algo así como nivel alto-intermedio. Y para colmo, nos dicen que hoy empezamos: no jodas, si no tenemos nada de nada... Ni falta que hace; nos dan el libro, los cuadernos, un boli y nos llevan a clase, a un edificio anexo donde está Shandy, nuestra nueva profesora. Las clases son en inglés, ni dios habla normal así que se te queda una cara de gilipollas tremenda viendo como todos hablan y tu no haces más que mover la cabeza, pero como todos son extranjeros como nosotros pues más o menos les medio entiendes, pero la profe..... eso ya es tema a parte, ni papas, no entiendes naaaaada!!!! La mayoría son árabes, de por allí donde siempre están metiéndose de hostias: Libia, Irak, Iran, Kuwait... y entre ellos se llevan muy bien. Debe ser el calor de sus pueblos que les atonta y deciden liarse a tiros, porque aquí todos son muy amiguitos. Las chicas van todas con el niqab y no se ve ni un burka, menos mal. Pero no deja de ser raro hablar con alguien a quien solo le puedes ver los ojos... Y cuando vas en el autobús, a lo mejor las tienes al lado sentadas, pero como no hay manera de distinguirlas... y ellas hacen el típico "si te visto no me acuerdo"...